Lady Day, como le llamaban.
Llegó a mi vida a los 17 años, estaba en Disco-N y la portada de uno de sus discos me jaló por un brazo, vi el nombre de sus canciones y me intrigaron mucho, sin nunca haberla escuchado decidí comprar el disco lo que hizo que la señora dueña que siempre estaba en caja me felicitara por comprar tal joya.
Y eso, que había ahorrado para ir a comprar "Ummagumma" de Pink Floyd.
Llegué a casa, puse el disco y fue como cuando desinflas una vejiga, es de la mejor manera que puedo describir lo que sentí en el pecho. Un sentimiento de calma absoluta.
Me enamoré de Lady Day.
Como muchos artistas, más que nada de la época, tuvo una vida turbulenta y llena de adicciones, la de Billie fue el alcohol y la heroína, pero más que nada la bebida, llegando a padecer de cirrosis hepática, muriendo en el 1959.
Su increíble voz influye hoy en día todavía.
Billie Holiday para mi es una angelita. Una palomita que vino y se fue muy pronto.
El que no siente como se le estruja el alma con sus canciones es un cyborg.
Thanks you little dove. We still listen to you.
Los dejo con "The very though of you".
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