sábado, 3 de mayo de 2008

un segundo análisis



Fight Club (El Club de la lucha), 1999

Director: David Fincher

Drama. Acción

SINOPSIS:

 

Jack es un personaje insomne y desesperado por escapar de su fatal y aburrida vida. En un viaje en avión conoce a Tyler Durden, un carismático vendedor de jabón con una filosofía muy particular; Tyler cree que el perfeccionismo es para los débiles y que es la destrucción de uno mismo lo que realmente hace que la vida merezca la pena. Jack y Tyler forman un club de lucha secreto que se convierte en un éxito arrollador.

 

El club de la lucha viene a nosotros con impresionantes sugerencias a una descabellada crítica de la queja del hombre norteamericano. En un entorno social donde se ignora o no se recuerda el instinto de cazador y protector del masculino moderno reducido a sobreconsumir todas sus pertenencias innecesarias por el teléfono, para luego apilarlas todas en apartamento por el que paga demasiada renta y duerme tranquilo con pastillas de recetas, para luego amanecer perteneciendo a sus propiedades.

 

Sin duda Brad Pitt y Edward Norton nos premian con sus mejores interpretaciones hasta la fecha, Pitt creando un túnel de incomodidad hacia nuestros poros y Norton colgado ante nosotros cuestionando que  demonios hacemos cada uno de nosotros para sentirnos vivos.

 

EL club de la lucha no viene a promover violencia, pero tampoco resulta ser anti-violencia, es una fuerte crítica bajo los efectos de la desesperación, es la queja sin cesar del estirpamiento prolongado del carácter propio del hombre.

 

En su momento la violencia toma el mando demasiado para algunos, para otros será refrescante ver dos hombres peleando/conociéndose y de una manera muy club de la lucha, entendiéndose y mostrándose al descubierto.

 

Como débil amante de las críticas con una visión fuera de la caja, como es el club de la lucha, invito exponer toda su piel a este film que resultará muy afín a crear una conección con gran parte de la audiencia masculina, lo cual al mismo tiempo causará un viaje muy interesante para las mujeres que presencien esta pieza.

 

Estén muy atentos a las sorpresas, mensajes sutiles y el ácido encanto de Helena Bonnan-Carter jugando al equilibrio y desliz entre Pitt y Norton.

Jorgy Cruz Soto

 

 


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