Y pensar que casi la devuelvo cuando chiquita. Acabó con mi apartamento.
Se comía todo, no me dejaba dormir, se orinaba por doquier, ladraba, mordia, no queria comerse la comida, se hacia pupú por todas partes, me revolteaba el closet, etc.
Y luego un día se le salió la locura. Así por así.
Ahora no podemos estar separados.
Es mi hija.
Que vaina.
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