lunes, 10 de noviembre de 2008

Old Writings Chapter 1: Madrid, 2004.

Tuve Un Jardín

 

Callen ese violín, que esta ya no es mi casa, que estoy borracho como almirante, como muestra de tonterías superpuestas, que me gusta el sabor de este metal, pero corro de nuevo con mis látigos, con este paquete de discos que no son nada ya.

 

I’m a waltzing boy. Un good boy. Solo este drunk, de humo, de libros, de films repetidos, que soy Big Fish sonriendo, que tengo molde en mis brazos, en mis manos que nadie entiende, que no se puede ver ya su cabello en mi boca, y esos ojos en mis copas.

 

I’m my own complete lack of surprise. Y todo tan sucio y esta copa llena de nuevo. Ya me los he fumado a todos, que ya no viven en mis bolsillos, que todo ha salido a pasear y no ha vuelto. Todo se me escapa dos veces y solo quiero que llueva un día, que truene y caer lejos de esta esquina.

 

Ya no tengo calor en mi herida, ya no tengo frío en mi lengua, ya no tengo hambre cuando me miran. I drank pain four times last night.

 

Toquen mis melódicas, que todavía lejos las disfruto, las sufro y me joden. Tiendan mi cama por favor que ya me voy, que ya me canso, suelten esas aves un par de veces más y ríanse de todo esto, que todo obra para bien cuentan los rehenes, que todo obra, que todo sabe a sal en tazas.

 

Nadie se quedara aquí, donde piso, donde bailé y lloré, nadie quedara con este pedacito de turrón que nunca supe manejar. Ya se fue, ya no esta. Yo desfasándome, mírenlo como va, parece que ha tenido que cambiarse de nuevo, que ya no me da esa sonrisa, que miren como camina este niño, que esperamos que mire hacia el frente, que vuelva y nos haga reír.

 

Y ahora solo soy desplazo, y de nuevo a doler  que es de mañana, a remitir de nuevo que creí tocarla anoche, creí verla en la ducha, en la cama, entre los árboles y la arena. Que creí estar dentro de ella y los ángeles cayendo al piso, que creí sudarla de una vez, sospechar sus mareos.

 

Todos los rincones en el Ballroom de dolor.

 

 

1 comentario:

Maya Oviedo dijo...

La ira disfraza muy bien la falsedad de tus palabras.